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Cómo reducir los gastos de una comunidad de propietarios

Al hablar de ahorro en una Comunidad de Propietarios, instintivamente pensamos en reducir gastos (a corto, medio y largo plazo), prescindiendo o disminuyendo algunos servicios, buscando proveedores más baratos o revisando los contratos en busca de una mejor oferta en servicios, suministros y seguros, etc...

Algunas ideas para conseguir que los gastos comunitarios se reduzcan son:

1.- Contratar un Administrador de fincas: que guiará a la comunidad con criterios profesionales, ayudando con su buena gestión a obtener la mejor relación calidad-precio en los servicios y suministros comunitarios, con independencia del número de propietarios que la compongan.

2.- Revisar el aislamiento del edificio: Ventanas con doble acristalamiento y carpinterías con rotura de puente térmico, dobles puertas en los portales, ventanas de escaleras cerradas y sistemas automáticos de cierre, reducen notablemente las pérdidas energéticas del edificio.

3.- Renovar la iluminación: Empezando por inventariar todo los puntos de luz de los elementos comunes. Conocer la situación permitirá apagar luces innecesarias, analizar la iluminación adecuada para cada zona y aprovechar la luz natural. Sustituir las lámparas incandescentes por bombillas de bajo consumo y, donde sea posible, bombillas LED.

4.- Actualizar la contratación eléctrica: asesorándose con un experto sobre la más adecuada, para intentar acogerse a la discriminación horaria que bonifica los consumos nocturnos.

5.- Utilizar eficientemente los ascensores: instalando maniobra selectiva para que siempre se active el más cercano al punto de llamada cuando haya más de un ascensor, reduciendo los viajes en vacío.

6.- Regular y realizar el mantenimiento de la calefacción y el agua caliente: son los pilares fundamentales del ahorro en este servicio al que suele dedicarse más de la mitad del presupuesto. La regulación debe hacerse en el punto de producción, con una sonda exterior que controle la impulsión al circuito de calefacción en función de la temperatura ambiente y centralita reguladora, y en los de consumo, con termostatos adecuados a las diferentes estancias.

7.- Controlar el consumo de agua en los elementos comunes: Hay que empezar por conocer el consumo actual, seguir su evolución, revisando las instalaciones comunitarias y analizando los hábitos de consumo, para implantar los cambios tecnológicos que sean necesarios aprovechando además, en lo posible, el agua de lluvia en las zonas ajardinadas.

8.- Contar con un arquitecto: para las obras importantes (rehabilitaciones, ITE, humedades generalizadas, reparaciones de cubiertas y fachadas, etcetera) que asesore a la Comunidad sobre las causas y posibles soluciones de los problemas constructivos existentes.

9.- Gestionar continuamente los morosos: La morosidad en las Comunidades de propietarios lleva creciendo desde 2009 y no parece que vaya a cambiar la tendencia. La Comunidad no puede aceptarlo con fatalismo sino haciendo un seguimiento de cada recibo impagado que se genere. Para prevenir y combatir la morosidad en las Comunidades, en Madrid se puso en marcha el Programa de Lucha Contra la Morosidad PLCM, una iniciativa conjunta de Acción Legal y el Colegio de Administradores de Madrid, y está dando resultados positivos.

10.- Individualizar los gastos: de gas, agua, electricidad, etc... hasta donde sea posible.

11.- Solicitar ayudas económicas: acogerse a las múltiples subvenciones ofrecidas por comunidades autónomas y ayuntamientos para determinadas obras e inversiones, son alternativas de financiación que deben estudiarse y aplicarse en la medida de la posible.

Fuente: Diario Información

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